Antes de aquel domingo recibí dos visitas. una de Shelagh Delaney, que me confesó que detestaba las manifestaciones, las algaradas y en general cualquier concentración masiva, pero que suponía que no nos quedaba más remedio que ir. Exactamente lo que sentí yo. La otra fue de Vanessa Redgrave, profundamente excitada, como una joven y hermosa Juana de Arco, o una Bodiacea, hablando sin cesar de la brutalidad de la policía. Se hacía tarde e insinué que tenía ganas de acostarme. Se puso en pie con toda su elegante altura e inquirió: "¿Cómo puedes siguiera pensar en ir a dormir en una noche así?". Es un tópico que la etapa que uno acaba de superar resulta intolerable cuando la ve en otro. Y yo pensaba: "Dios mío, así era yo no hace tanto tiempo. ¿Cómo me soportaban los demás?".
Un paseo por la sombra
Doris Lessing
Ediciones Destino
Traducción de María Faidella
veo que le has cogido gusto a la lessing jejeje a ver si me pongo yo
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