sábado, 9 de septiembre de 2017

Gente que viene y Bah

El Mercedes rosa es importante en la trama
—¿Me puedes decir quién ha invitado a Jacobo a tu cumpleaños?  
—Yo, bueno, tu hermano me pidió permiso y le dije que claro, que viniera.  
—¿Lo ha invitado León? ¿Pero de qué lo conoce?  
—Hija, es su amigo, su fabari.   
—¿Su fabari?  
Yo no estaba entendiendo nada. ¿Qué rayos era eso de fabari?   
—Sí, así lo llama él. Será de favorito, yo qué sé —añadió mi madre.  
—Fuck buddy, mamá, es mi fuck —aclaró León desde la mesa del comedor, al parecer todos se habían enterado de mi conversación privada. Qué oído.   
—Ah —dije yo. Pero enseguida me di cuenta de lo que acababa de decir León. ¿El camello era el qué de mi hermano?   
—Pues eso, fabari, lo que yo digo —insistió mi madre.   
—Abuela, fuck buddy significa folla-amigo —dijo Fin, mi sobrino de quince años. El bilingüismo cuánto mal ha hecho, Dios.   
—¿Folla qué? —preguntó mi madre, pero enseguida llegó por sí misma a la conclusión—. Ah, un amigo con el que… O sea, un novio.  
Mi madre, todo hay que decirlo, lo había soltado de una manera de lo más natural, como si estuviera hablando, qué se yo, de una receta de cocina. A mí, sin embargo, me estaba costando asimilarlo, no por prejuicio, es que estaba en shock por la sorpresa. ¿Mi hermano era gay y llevaba a su novio camello al cumpleaños de mi madre?

Gente que viene y bah
Laura Norton
Espasa, 2015


1 comentario:

  1. Un libro que empiezas en un rato tonto y luego no puedes dejar de leer de la risa que te da! La protagonista es tan torpe que le coges cariño y las situaciones muy absurdas, pero lo cierto es que cumple su cometido: entretener y hacer que el tiempo pase rápido.

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