martes, 21 de abril de 2015

Las ventajas de ser un marginado

Querido amigo:


Era uno de esos días en los que no me importaba ir al instituto porque hacía un tiempo precioso. El cielo estaba encapotado de nubes y el aire parecía darme un baño caliente. No creo que me haya sentido nunca tan limpio. Cuando volví a casa tuve que cortar el césped para ganarme la paga y no me importó nada. Iba escuchando música, y disfrutando el día, y recordando cosas. Cosas como caminar por el barrio y contemplar las casas y el césped y los árboles de colores y que eso me bastara.
       No sé nada sobre el zen o las cosas que los chinos o los indios hacen porque forma parte de su religión, pero una de las chicas de la fiesta, que llevaba un tatuaje y un piercing en el ombligo, se había hecho budista en julio. Apenas habla de otra cosa, salvo de lo caros que están los cigarrillos. La he visto varias veces a la hora de comer, fumando entre Patrick y Sam. Se llama Mary Elizabeth.
      Mary Elizabeth me contó que lo que tiene el zen es que te conecta con todo el planeta. Eres parte de los árboles y la hierba y los perros. Cosas así. Hasta me explicó que su tatuaje simbolizaba eso, pero no puedo recordar de qué manera. Así que supongo que el zen es un día como este, en el que formas parte del aire y recuerdas cosas.


Las ventajas de ser un marginado
Stephen Chbosky
Traducción de Vanesa Pérez-Sauquillo
Alfaguara, 2012

1 comentario:

  1. Imposible releer sin imaginarme a los personajes como aparecen en la película, una de las mejores adaptaciones que he visto. Me quedo con esta escena, aunque en el libro no es esta canción de Bowie, conozco exactamente la sensación de identificar la canción perfecta para un momento: https://www.youtube.com/watch?v=6lrlLrANb5E

    ResponderEliminar